Ahí
Ahí estaba él, solo en la oscuridad. Perdido, sin rumbo alguno. Ahí, en su diminuta habitación, donde apenas podía observar a través de su ventana algo distinto a la soledad. Ahí estaba, ahogándose en su pensar. Acostumbrado a no amar. Ahí estaba él, hablando con su conciencia, buscando, como siempre, buenas respuestas. Ahí, encerrado en su pesar. Recordando el inicio de todo, indagando la salida de algún modo. Ahí estaba él, destinado a no vivir. Ahí estaba él, esperando simplemente el momento de morir. -MB