Cuatro extraños


Uno, dos, tres, cuatro.
Se fueron sin permiso, saltando del barco.

Tiempos diferentes, 
mismo sufrimiento silente.

Razones absurdas y palabras profundas.

Uno, dos, tres, cuatro.
Volvemos al pasado.

Ahí estamos, ¿lo ves?
Se está rompiendo el lazo.

Poco a poco, se escucha sutilmente el quebrar de las hebras.
Cada recuerdo sufre, llora.
Cada momento se repite a la lejanía, pareciendo irreal.

Eventualmente, las hebras caen.
Se desploma todo alrededor.
Sin el lazo nada sirve, no hay fuerza que una las almas.
Solo queda el dolor.

Uno, dos, tres, cuatro.
¿Para qué seguir?
¿Cómo se puede vivir?

Ahí queda, sin compañía, vacío.
Ahí se van, uno a uno, al olvido.

Uno, dos, tres, cuatro.
Volvemos al presente.

Alma incompleta, con residuos de felicidad.
Destinos trabados gracias a la inestabilidad.

Cierro los ojos. Te veo, te siento.
Abro los ojos. Te odio, te extraño.

Uno, dos, tres, cuatro.
¿Dónde están?
No quiero la realidad.

Viajemos hasta allá y volvamos a soñar.

Risas, memorias, sueños, secretos.
Todo era parte de algo supremo.

Ven a mí. Vuelve a mí.
Estoy esperando por ti.

Uno, dos, tres, cuatro.
Cada uno fue un regalo.

-MB

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