Querido internet, gracias

¿De pequeños nunca les dijeron que tuvieran cuidado con el internet? Apuesto que sí, es que la mayoría de los padres son muy protectores y algunas veces no logran ver los beneficios que puede traer. Aunque yo creo que eso va determinado por la crianza que tengamos y nuestros valores, depende de cómo sea cada persona, pues.

Si mal no recuerdo, comencé a utilizar el internet en el 2003, o por lo menos esa era la fecha de creación de mi cuenta en MSN... Ay, aquéllos tiempos... Bueno, la cosa es que en 10 años ha cambiado muchísimo. Ahora sé utilizar mejor el internet y aprovecharlo bien. Sé en cuáles sitios puedo entrar y en cuáles no, y sé también los verdaderos peligros que puede traer.

La idea de escribir este post vino antes de escribir el anterior, pero quise dejarlo para "después". Se suponía que ese "después" debía ser antes, pero pasé por despecho y molestia electoral. Ahora, ya superado eso, decidí que era buen momento de hacerlo y la dirección que toma es la personal. Sí, yo siempre tan personal en un blog, pero ajá, así me gusta y aún no sé la razón.

Últimamente, he estado pensando mucho en todas las personas que han entrado a mi vida gracias al internet, en especial a las redes sociales -Facebook y Twitter, nada de Myspace-. Y aquí, siendo sincera, estoy muy agradecida por eso. He aprendido muchísimo de varias de esas personas, incluso de las que se han ido. Soy muy amiga de la resiliencia, por cierto.

El punto en todo esto es que sin internet, no podría disfrutar de esas personas tan especiales a quienes quiero mucho. Y eso último es un secreto, ellos no lo saben. Por ejemplo: está el baterista maracucho, ese idiota con el que me molesto cada 5 segundos, pero que adoro con el alma, sin exagerar. También está ese tipo -futuro abogado y publicista- al que la vida me permitió conocer para entender a las personas -aunque no lo entiendo la mayoría de las veces-, pero me ha enseñado mucho y sigue haciéndolo cada vez que lo veo. Además, está una varguense que se aguanta todas mis malcriadeces a través de una pantalla y siempre tiene un consejo o un regaño para mí, esa futura doctora a la que no visitaré nunca como paciente.

Por otra parte, y desde hace poco, está un caraqueño que me hace reír en exceso, que a veces se cree mi papá y del que me creo mamá, con el que me divierto corrigiendo sus errores ortográficos solo porque él se burla de los demás por eso. También están tres niñas hermosas que conocí por andar de farandulera, una novia de un cantante, otra una futura comunicadora social y cantante también, y la otra es mi socia con el baterista. Además, está el amante de Emma Watson, ese que me traerá algo de Londres, ¿pueden creerlo? Es un amor y futuro colega. Ah, claro, también está la valenciana cuchi que ha hecho mi vida más linda con las canciones que me ha recomendado, no sé cómo hace, pero dos de mis favoritas las he conocido gracias a ella.

No voy a olvidar a las dos cositas lindas que viven en Maracaibo y aún no conozco, son ternura total. La confianza es algo a lo que temo, aún en mis 21 años y solo los que me conocen pueden entender el porqué, pero de todas esas personas a las que casi mencioné, creo que la mayoría tiene mi confianza total y eso es algo muy difícil tomando en cuenta de dónde los conocí.

Con todo esto, lo que quiero hacer ver es que el internet es una de las mejores cosas que tenemos. Y como comentaba al principio, uno de los beneficios es, sin duda, las amistades que puedes conseguir gracias a él. Yo lo agradezco a cada rato y estoy segura de que muchos han pasado por lo mismo; y los que no, seguro es porque no se han abierto a conocer personas o han conocido a las equivocadas. 

Por esto, queridos padres, sepan que lo que sus hijos hacen en internet está relacionado con la manera en que los hayan criado, o esa es mi forma de pensar. Cada quien hace lo que quiera en internet y saben perfectamente lo que está bien o mal. Lo que resta por decir es que confíen un poquito, pero piensen bien a quién deben regalarle algo tan preciado como la confianza.

-MB